jueves, 6 de octubre de 2011

Yo disfruto con las pequeñas cosas(comprobado está, mas pequeño que in nada)
 recordare, después de mucho tiempo,
 algo que te dijo en su momento pero que ahora no se acuerda que lo dijo.
Que me hablen en susurros al oido. 
Que me llamen morena... me vuelve loca. 
Los dos segundos entre canción y canción, 
se hace el silencio, 
y se vuelve a esucchar el murmullo de la gente. 
Dejar para el último bocado el centro del sandwich. 
Quitarme las zapatillas con los propios pies y con los cordones puestos. 
Escuchar música con los ojos cerrados. 
Poner el dedo en una luz para que se va rojo.
 Poner de moda entre tus amigos una expresión, 
 pasarte toda una noche escuchandola, 
y al día siguiente que te salga por casualidad.
Los domingos por la tarde han pasado de ser el momento más horrible
de la semana, a ser el más esperado.
Los besos lentos, con calma, siempre en el momento adecuado
eso sí.
Un mensaje sustituyendo a una llamada, y a la mierda el whatsapp.
Siempre he preferido un ciego en zapatillas que un ciego en tacones.
Incluso hay días que Paco Rabanne se me hace demasiado pesado,
y elijo nenuco.
Cualquier día es bueno para desconectar del mundo. 


Hoy es mi momento.

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